Trabajo de un auténtico artesano, desde enderezar el chasis hasta reconstruir los pontones y decorar a mano el mono del piloto
Texto y fotos de César Velayos El Kart llegó a casa en diciembre de 2019, con un motor más grande y lleno de óxido y piezas gastadas, junto con un kilo de suciedad. Incluía una bolsa de repuestos del cuerpo del piloto que han sido muy útiles. (fotos 01 a 08)

Tras el primer desmontaje se comprueba el chasis, se endereza y se limpia. Posteriormente se procede al pulido de las piezas oxidadas. Los plásticos se lavaron con agua caliente y el jabón milagroso (Fairy). Aquellas piezas plásticas que llevan pintura no original se sumergen en líquido de frenos durante unas tres semanas.

Se intenta recuperar los neumáticos pero resulta imposible, empezando la búsqueda en Internet hasta encontrarlos en Grecia. Se instala un motor OS CZ-R 12 en primera instancia pero queda descartado pronto por carecer de tirador de arranque, montando el Kyosho GX11-R con el que se distribuyó el kart en España. Encuentro un escape similar al opcional de la marca en un portal de ventas y lo instalo en el coche. (fotos 09 a 16)

Posteriormente se pasa a dar una capa uniforme de pintura al piloto, pontón izquierdo y placa porta números, dado que quedaba cierta tonalidad de la pintura anterior incluso después de varios lijados. (fotos 17 y 18). Se prepara un armazón para restaurar el pontón derecho con masilla epoxi, se aplica, conforma y lija con distintos números; aplicándose también una capa base de pintura blanca al terminar el proceso. (fotos 19 a 31)

Mientras tanto hubo que investigar sobre las pegatinas originales del kart, encontrando unas buenas referencias en un foro francés. Paso entonces a la vectorización/diseño manual de todas las pegatinas y se encarga la impresión a un proveedor en Canadá. A vuelta de correo se procede a su aplicación en pontones y placa portanúmero delantera. (fotos 32 a 36)

Se pasa ahora a la decoración del piloto. Los brazos venían pintados en rojo y se continúa con esa decoración para las extremidades. Blanco, rojo y negro siempre quedan bien, y se añaden detalles con rotulador como las puntadas del mono y calzado. Pasamos a las pegatinas de los patrocinadores y a instalar articulaciones a las muñecas del piloto dado que de origen interfieren en el movimiento del volante. Se decora el volante y “YATÁ”. (fotos 37 a 46)